jueves, 18 de agosto de 2011

=)


Quiero agradecerte, querido lector, por tus pasos en este sitio. Alguna vez -no me canso de decirlo- leí, oí, o alguien me dijo que la literatura era un diálogo entre dos intimidades. Creo que lo que muchos usuarios de blogs hicieron con los espacios que habitaron en el internet fue eso: generar intimidad con desconocidos que después se volverían conocidísimos porque empezaron a compartir lo más difícil -o lo más 'fácil', no lo sé- que son las letras. 

Lo que hubo a lo largo de seis años en este blog no fue 'literatura'... bueno, miento, si hubo, por el simple hecho de que su autora es una amante -tal vez mal amante, quién sabe- de ella y no puede dejarla ir de su vida cotidiana. Por eso es una ferviente defensora de que los mundos mentales -literarios, entre otros- cambian la realidad en la que vivimos. Porque, sí, cambiamos conforme la literatura -y el arte- nos transforma y hay obras cuya belleza no pueden dejar ilesa a la realidad. 

Este no es post de despedida. No se pueden despedir los narradores de sus creaciones. Es un post para dar las gracias. Gracias a la gente que vino y dio sus comentarios, a la gente que vino y se tomó el tiempo de leer algún mensaje que quizá iba dirigido a él/ella sin que la autora lo supiera. Gracias por crear empatía y, a veces, antipatía. Gracias por influir en la realidad también (la virtualidad también cambia la realidad, como los mundos de palabras que habitamos). 

Blogueros que conocí, amigos que me leyeron, amigos de amigos, viajeros que cayeron aquí por alguna pintura, por algún fotógrafo, por algún cuento o poema o por alguna casualidad; hombres cuyos rostros se han borrado, hombres y mujeres a quienes todavía duelo un poco, lectores que me forman a través de las palabras con nostalgia, Gracias. 

Recuerden que en algún instante, coincidimos... y eso no puede ser sino un pequeño, pequeño acto de magia.